Es un dicho muy popular que representa lo extraño que es la climatología aquí, y tras unas cuantas semanas en esta ciudad empiezo a entenderlo. No resulta nada fácil acostumbrarse a tener las cuatro estaciones del año en un solo día pero resulta divertido con el tiempo, con mucho tiempo.
Lo primero a tener en cuenta es que siempre debes llevar un paraguas lo más pequeño posible en la mochila/bolso/mariconera… Y si no lo quieres llevar asegúrate de con quién vas tenga uno.
Lo segundo que debes considerar es llevar siempre un calzado impermeable, botas de invierno, zapatos de cuero, etc ya que coma ya habrás adivinado nunca sabes cuándo va a llover, y es mejor unas buenas botas que unos deportivos húmedos.
Y ya, lo tercero es, cómo no, el abrigo. Puede hacer viento y sol al mismo tiempo, pero también te puede hacer viento y lluvia dos segundos después por lo que la ropa que empapa no es aconsejable pero si la que abriga. La elección más sabia para mí, el cuero.
El tiempo en Irlanda es muy traicionero, aquí no llueve a cántaros como en otros países como Polonia. No, aquí existe un constante y my molesta lluvia que puede durar todo el día, lo que en el norte llaman Chirimiri y en otras zonas Calabobos. Eso sí, si amanece un día nublado es malo para las fotos pero bueno para ti, porque significa que tendrás un temperatura más alta.
Cuando Dublín está nublado el calor se queda atrapado entre el suelo y las nubes por lo que calienta unos cuantos grados toda la ciudad. Hace un par de días teníamos 12 grados a las 7 de la tarde. Pero como Dublín amanezca soleado, aprovecha a hacer todas las fotos que quieras antes de que tus dedos se queden pegados a la cámara por el frío.
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